mayo 04, 2010

Celíacos: un estilo de vida diferente


Una enfermedad de la que hace poco se conoce, no tiene cura. Sólo se sobrelleva con una dieta muy estricta. Existe una ley y los pacientes necesitan que se cumpla.



Ser celíaco es intolerancia al gluten, lo pueden padecer tanto niños como adultos.

Se produce un daño del intestino al ingerir alimentos que contengan trigo, centeno, cebada, avena, además del gluten.

Se forma una lesión en la capa que recubre el intestino, como así también la destrucción en mayor o menor grado de la zona del mismo donde tiene lugar la absorción de alimentos. Con respecto a la sintomatología hay dos grupos, en primer lugar podemos destacar a la enfermedad celíaca clásica cuyos síntomas son: diarrea, vómitos, falta de apetito, pérdida de peso. Aparece en niños menores a 2 años y en adultos entre los 30 y 40 años.

Y luego, en segundo lugar, se encuentra la enfermedad celíaca atípica que presenta síntomas no digestivos como retraso del crecimiento, anemia por falta de hierro que no responde al tratamiento, lesiones en la boca, úlceras o aftas de repetición. Puede aparecer en personas de cualquier edad.

Al respecto, Lorena Lofredo, quien padece la enfermedad, nos contó que: “no tenía ningún síntoma. Yo me entero en diciembre de 2004 cuando nace mi primera hija. Bajé 12 kilos de golpe entre el cuarto y octavo mes, pero se lo atribuía a mis nervios por ser mamá primeriza. Recién en octubre de 2006 empecé con diarrea constante, pero no me hice ver. En febrero fui a una guardia por los dolores de estómago, me derivaron a un gastroenterólogo. Cuando llevo los análisis de sangre me detectan la enfermedad.”

La característica que predomina es que es para toda la vida. Son propensos familiares de algún paciente celíaco, esto quiere decir que la genética influye. En el testimonio, Lorena relataba que sus hijos hasta ahora no tienen ningún síntoma de nada y aumentan muy bien de peso pero que debe controlarlos.

El único remedio es una dieta estricta. Se elimina todo producto que lleve trigo, avena, centeno, cebada, almidón. Por lo tanto, no se pueden ingerir harinas, panes, pastas, cerveza, leche y bebidas malteadas. Puede consumirse todo producto que no tenga gluten, como ser: carne, pescado, huevo, arroz, maíz, legumbres, tubérculos, frutas, verduras, azúcar, entre otros.

Es una enfermedad que cuesta, que te cambia la vida de un día para el otro. A partir de que la detectan hay que tener mucho cuidado cuando se va a restaurantes, y hasta cuando se compra en el supermercado. Todo producto debe estar con la etiqueta que diga alimento apto para celíacos.

Cuando se va a comer afuera hay que ser muy cuidadoso, dado que cualquier contacto con el gluten daña la salud de la persona. Por ejemplo, no se puede freír alimentos sin gluten en un aceite donde previamente se fritó un producto con gluten. “Al principio para mí fue un shock. No entendía como en estos tiempos no exista un remedio o un tratamiento. Y mi doctora me hizo entender que el único tratamiento es la dieta libre de gluten. Me llevó un tiempo adaptarme, no podía hacerme a la idea de tener que ir una vez por mes a una asociación, tener que ir al super con el libro y ver que marca me permitían y cuales no. Salir a las reuniones con el tupper”, decía Lorena.

Por eso, se busca concientizar a las personas acerca de esta enfermedad, la cual es muy delicada. Existen asociaciones como por ejemplo, la Asociación Celíaca Argentina y Acela formada por padres y pacientes, donde se puede consultar cualquier duda, además de brindar recetas, fechas de eventos, entre otras cosas. Gracias a la lucha de los celíacos en estos últimos años existe una ley. Ahora lo que resta es que se cumpla. El artículo 9 de la ley 26.588 comprende la detección, el diagnóstico, el seguimiento y el tratamiento, incluyendo las harinas y premezclas libres de gluten.

De a poco se va insertando en la sociedad, es importante que tomemos conciencia y que los supermercados, restaurantes, o cualquier tipo de negocio, empiece a implementar la ley, para que los celíacos se sientan cuidados y protegidos. “Si la ley termina de salir la enfermedad va a ser mucho más llevadera, ya que no hará falta estar con el libro de acá para allá. La enfermedad va a estar más difundida. Van a tener que bajar los precios de las harinas y preparados especiales, que son carísimos. A pesar de esto no me puedo quejar, gracias a Dios, me tocó una enfermedad que de forma muy natural se lleva adelante. Además mi marido, mi familia y amigos, me preparan cosas ricas. La tienen muy clara en el tema ya. Todavía no cumplo tres años desde que me detectaron la enfermedad pero la llevo muy bien y espero mi tercer hijo”. concluyó Lorena Lofredo.

Eliana Cappelletti

2 comentarios:

  1. Me parece por demás interesante la nota, creo que resume muchos de los problemas que hay en nuestro país en relación al tratamiento de leyes que son fundamentales para la vida de ciertos ciudadanos.
    El testimonio de Lorena es crucial para entender cómo si uno sabe convivir con la enfermedad puede llevar su vida de manera normal.

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  2. Harinaaaaaaaaaaaaaaaaa...Yeahhhhhhhh.

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